Mi felicidad

Era invierno y ellos paseaban por la playa, sonrientes, alegres. Ella paseaba mirando al frente, él miraba a ella para sacarle los colores y alguna que otra sonrisa.

Entonces ella se paró en seco y dijo tanjante:

- Eres especial. ¿Lo sabías?

Él se quedo a tónito, la verdad no esperaba esa reacción en ella. Y le contesto sin vacilar:

-No, no lo soy.

Ella insistio:

-No me seas cabezota, lo eres.

Él, se puso serio de repente y le respondio:

-No, ¿y sabes porque?

Ella penso que lo había hecho enfadar, o al menos, le había molestado el comentario pero quería saber su respuesta:

-¿Por qué no lo eres?

-Sencillo- contesto él- no puedo volar- y mientras le contestaba le guiñó un ojo. Ella se quedo asombrada ante la respuesta y empezó a reir como nunca, ni si quiera se tapaba la boca con la mano como casi siempre, le daba igual, reia de verdad.


-Eres increible, tu contestación lo único que ha hecho a sido afirmarlo. ¿No te dás cuenta? Quizás no puedas volar, ni tengas superpoderes, pero tienes un don, que al menos para mi, es mejor que cualquier poder. Tienes el don de la precisión, sí, Héctor, haces actos normales como puede ser dar un abrazo, escuchar o dar algún consejo pero lo haces en el momento adecuado y porque te nace, no por obligación. Por ello eres especial. Para que me entiendas te pondré un ejemplo: El poema que me enseñaste hace tiempo,Co-razones de Escandar Algeet, no tiene unas palabras que "vuelen" como tú dices simplemente son palabras normales puestas cada una en su preciso lugar. Igual que tú. ¿Me has entendido?

Él simplemente sonrió y le dijo:

-No lo hago por vosotros, por los demás... Lo hago por beneficio propio, por mi...

Ella no se esperaba esa respuesta y le preguntó:

-¿Qué beneficio puedes sacar tu de ellos?

-Ser feliz, no puedo ser feliz si me rodean lágrimas...