Hoy al llegar a casa a la hora de cenar he recibido una mala noticia. Mi reacción al instante ha sido de hundimiento, se me ha venido todo encima. Al poco tiempo han venido mi padre y mi madre a mi cuarto y con una sonrisa me han dicho:
-Tú tranquilo todo va a ir bien. Somos huesos duros de roer nadie puede con nosotros ¿no?
Entonces no sé porque he sonreído y me he tranquilizado. Ya sé de quien he aprendido a sonreír en las malas circustancias y a luchar pese a estar todo perdido. Porque el físico no es lo único que se lleva en los genes.
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