Mi micromundo expresado con macrosentimientos....

jueves, 27 de enero de 2011

Recuerdos

Hoy, tras un cúmulo de noticias no muy gratas, mientras viajaba en el metro, para ver a una persona muy especial, me he acordado de una "anécdota" o como queráis llamarle que me pasó en Octubre.

Eran principios de Octubre. Apenas tenía ganas de salir. Pero de repente me llego un sms al fijo. Ponía:

-Héctor, va alégrate. Te hace ver una peli en mi casa? Un beso.

La verdad estaba ya cansado de estar encerrado, así que le contesté lo siguiente:

-Es tu día de suerte, vas a tener el placer de disfrutar de una película conmigo. Espero que elijas una buena. A las 5 en tu casa?  Un beso!

A los instantes recibí un sms de confirmación. Me duché y arreglé un poco. Llegué a su casa, era la primera vez que estaba y la verdad era una casa impresionante. Y allí estaba Cristina (el nombre no coincide con la susodicha ya que me dijo que lo sucedido no se lo contara a nadie.) llevaba vestido corto, pese a que yo la esperaba con pijama, incluso diría que se maquilló lo justo para que apenas se notara. Si era su intención lo consiguió, nada más verla me quedé sin palabras.

Me invitó a ir a su cuarto, ya que allí había preparado la televisión y el dvd. Me ofreció que me acostara en la cama. Yo le dije que no, que me apetecía estar sentado. Ella apoyo su cabeza sobre mis rodillas y le dio al play.

No eligió bien la película, entre tantas que hay tuvo que elegir esa. Un paseo para recordar. Entonces me volví a hundir. Y le pregunté si seguía en pie la proposición de acostarme. Ella afirmó. Me acosté detrás suya y con mi brazo izquierdo rodeé su cintura mientras la película continuaba y de vez en cuando me caía una lágrima recordando la misma escena pero con otra compañía.

A mitad película la paró y me sequé rápidamente una atrevida lágrima que resbalaba por mi mejilla. Ella se quedo fijamente mirando mis ojos y se acercaba milímetro a milímetro. Cuando ya notaba su aliento sobre mis labios le dije:

-¿Donde esta el baño? Me estaba aguantando para no perderme la película pero ahora que la has parado aprovecho.

Me lo indicó a regañadientes. Fui al baño, hice como si meara y estiré de la cadena. Volví y allí me esperaba ella. Me dijo que me veía tenso, que me iba ha hacer un masaje. No tuve tiempo de decir que no hacía falta. Salio corriendo hacia el cuarto de baño y trajo aceites para masajes. Me hizo quitar la camiseta y empezó el masaje.

No quería ser descortés pero cada movimiento de su mano sobre mi espalda era como si me rozara una lija. Recordaba las caricias de ella, recordaba sus manos, su ternura. Nada que ver con quien me las estaba dando ahora. Cuando me dí cuenta empezó a darme besos por el cuello. Entonces me levanté bruscamente y le dije:

-Lo siento buscas cosas que yo no te puedo dar, ni quiero.

-¿Sigues pensando en ella? ¿Cuando la vas a olvidar?

-Sí, sigo pensando en ella. Y a tu segunda pregunta no sé ni si quiera si quiero hacerlo.


Desde aquel día no sé nada de Cristina.

5 comentarios:

  1. Es una buena anécdota. Me ha gustado, y esa parte en la que has dicho "cada movimiento de su mano era como si me rozara una lija", me he acordado de que, hace tiempo, pasé por algo parecido. Era verano, yo me acababa de enamorar, y un amigo, que sabía que estaba loca por alguien de allí, de mi pueblo, me sacó quien era. Nuestra amistad se tornó rara desde aquel momento, y sus palabras eran enigmáticas. Poco después me enteré de que él me quería, y me sentí fatal porque me di cuenta de que le había dolido mucho saber que la persona que yo quería no era él. Y entonces... Las cosas empeoraron. El se dedicó a atacar a la persona a quien yo quería, a criticar la amistad que yo tenía con él. Y cuando lo hacía, yo lloraba, e ignorando que era por culpa suya, él me abrazaba y acariciaba. Y era exactamente la sensación que tú has descrito. Poco después se lo conté a una amiga mía y se rió, diciendo que seguro que estaba exagerándolo. Pero al parecer, a ti también te ha pasado, no soy la única.
    Y bueno, ya que te he contado todo esto, ya ves, los dos amores que he tenido han sido de allí, de mi pueblo. De hecho, la persona por la que lloro ahora, por la que mi blog es cada vez más melancólico, fue el chico que hizo que me olvidase de este primero. Qué irónico que ahora sea quien me está ayudando a seguir en pie tras la ruptura.

    Y gracias por el comentario, creo que sois apenas tres quienes me hacéis seguir con ánimos para continuar escribiendo con vuestros comentarios. Muchas gracias.

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  2. Tranquilo, no tengo tan mala opinión sobre los hombres, aunque a veces, cuando estoy maldiciendo os meta a todos en el mismo saco, sé que hay quienes mereceis la pena :)
    Ah, y por cierto, me refiero a que la persona que me está ayudando ahora a olvidar es la persona por la que fui por primera vez... En fin, sin nombres es dificil explicar. Pongamos iniciales: La primera persona de la que me enamoré fue N. El chico al que se lo conté, el que comenzó a decirme que nunca conseguiría nada con N, es M. Y la persona por la que lloro ahora, la única ruptura que he vivido, es A. Digamos que N ahora es mi mejor amigo, y es quien me está ayudando a olvidar a A. Si lo pienso, yo en realidad, comencé a enamorarme de A para olvidar a N.

    Madre mía, nos estamos contado aquí nuestras biografías... jajaja :)
    Un beso!

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  3. No crees que N siga enamorado de ti? muy probable que si, y que esa amistad se convierta en una relación perfecta para los dos, una relación que tanto te puede dar buenos moentos como malos, si los buenos ganan, siempre que tengas alguno malo te levantarás seguiras, y olvidaras lo anterior :) un beso, pasate por mi blog

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