Coincidencias

Septiembre empezó con lágrimas en forma de alegría y con declaraciones de más de sesenta y cinco palabras. Parece que hace mucho de aquello y solo han pasadon dos meses. Pero el final de septiembre se llenó de lagrimas y dudas. Recorrer triste los lugares donde vivisteis vuestras aventuras y el lugar donde quedásteis para deciros adiós y sin saber cuándo sería el siguiente hola. Con octubre y el otoño llegó ella. Se te olvidó la despedida amarga en el sitio de siempre. Ya no tenías que reprimirte esos besos y caricias, ahora podías hacerlo, es mas ella quiere que lo hagas. Robarle horas y rayos del sol al día y atardecer juntos, apoyado sobre su tripa o contando lunares de su espalda. Quedarse tranquila entre tus brazos mientras juegas con su pelo. Pasear por el  río y sentarte en un banco donde matarías monstruos por ella. Que sus besos sepan a chocolate o que esos mismos besos lentos te aceleren el corazón. Mirar al horizonte en el puente, que te mire con esos ojitos que hacen que te derritas y que no puedas decir que no a nada. Y acabar en su patio donde las despedidas son menos amargas. Has descubierto nuevas sensaciones junto a ella pero de vez en cuando aparecen los nervios y temblores del verano. Y sí, muchas veces la echas de menos, sobre todo, cuando esos trece kilómetros se vuelven a poner en medio, pero en esos momentos es cuando te das cuenta que lo que sientes por ella es mucho más de lo que creías.
Próximo pasito: Sweet November.




Este texto ha sido modificado de otro pero creerme que apenas he tocado unas palabras... Créeme me he sorprendido tanto como tú...